En un inesperado giro de los acontecimientos, la agencia calificadora Moody’s ha dado a conocer una serie de modificaciones significativas en las calificaciones crediticias de diversas entidades bancarias de EEUU. Esta determinación ha llamado la atención de los expertos financieros, ya que incluye la rebaja de las calificaciones de diez bancos de tamaño mediano y pequeño. Paralelamente, Moody’s ha colocado bajo observación a seis de los principales prestamistas, dejando entrever la posibilidad de una rebaja futura en sus calificaciones crediticias. Esta decisión, que impacta en la percepción de la estabilidad y solidez de estas instituciones financieras, no es más que una muestra más de lo que ya hemos comentado en varias ocasiones anteriores; la Crisis Bancaria no ha acabado.
Todo ello dentro del contexto de los desafíos que el sector bancario debe asumir, en términos de rentabilidad y riesgos de financiamiento, debido a las políticas económicas adoptadas en los últimos tiempos por los bancos centrales para combatir la inflación.

El Paisaje de Cambio en las Calificaciones Crediticias
La agencia Moody’s ha tomado la sorprendente medida de reducir las calificaciones crediticias de diez bancos regionales y de tamaño mediano, otorgándoles una perspectiva negativa. Además, esta decisión incluyó asignar una perspectiva también negativa a seis de los bancos líderes, insinuando la posibilidad de una rebaja en el horizonte. Entre los bancos más prominentes, las razones detrás de esta perspectiva pesimista son variadas y específicas para cada entidad. Bancos como U.S. Bancorp y Truist Financial presentan niveles de reserva de capital insuficientes, mientras que otros como State Street y BNY Mellon han experimentado una significativa salida de depósitos.
La agencia argumenta que los informes de ganancias del segundo trimestre de los bancos evidencian de manera recurrente mayores costos de financiamiento, presiones en la rentabilidad y una desaceleración en el crecimiento de préstamos. Además, advierte sobre el posible efecto de los incrementos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en la rentabilidad, ya que se espera que los consumidores soliciten menos préstamos.
Retos a Escala Bancaria Mayor
Las razones detrás de la perspectiva negativa asignada a los bancos de mayor envergadura difieren según la entidad. En el caso de U.S. Bancorp y Truist Financial, la falta de reservas de capital los hace vulnerables ante una posible crisis. Por otro lado, State Street y BNY Mellon han experimentado una considerable fuga de depósitos no remunerados, lo que podría generar dificultades en términos de financiamiento.
La agencia Moody’s también ha rebajado las calificaciones crediticias de diez bancos de tamaño mediano en un peldaño. Estos bancos incluyen a M&T Bank, Webster Bank, Pinnacle Financial Partners, BOK Financial Corp., Associated Banc-Corp., Old National Bancorp, Amarillo National Bank, Commerce Bancshares, Prosperity Bank y Fulton Financial Corp.
En lo que respecta a los bancos de mayor envergadura, Moody’s ha asignado una perspectiva negativa a seis de ellos: Bank of New York Mellon, U.S. Bancorp, State Street Corp., Truist Financial Corp., Northern Trust Corp. y Cullen/Frost Bankers Inc., poniéndolos bajo revisión para una eventual rebaja crediticia.
Los Desafíos que Define la Industria Bancaria
La decisión de Moody’s destaca el panorama desafiante en el que se encuentra inmersa la industria bancaria. Esta se encuentra marcada por una competencia intensificada para captar depósitos en el escenario posterior a la crisis bancaria del año en curso. La agencia identifica el aumento de los costos de financiamiento, las presiones en la rentabilidad y el estancamiento en el crecimiento de préstamos como problemas recurrentes en los informes de ganancias de los bancos durante el segundo trimestre.
Los resultados financieros del segundo trimestre de los bancos estadounidenses han revelado incrementos notables en los costos de financiamiento. Estas presiones en la rentabilidad se deben a los ajustes monetarios significativos y rápidos, así como a la inversión de la curva de rendimiento. Tales factores continuarán erosionando la rentabilidad y sugieren una capacidad más limitada para generar capital internamente, tal como han señalado los analistas de Moody’s.
Retos que Enfrentan los Bancos Regionales
Por su parte, los expertos de Wedbush Securities indican que, si bien las salidas de depósitos se han estabilizado en la mayoría de los bancos regionales, estos están buscando disminuir sus balances y reducir el endeudamiento en los próximos trimestres. Esto podría poner en riesgo cualquier exceso de liquidez que los bancos hayan acumulado.
Los márgenes netos de interés de los bancos, una métrica esencial para evaluar la rentabilidad, se han visto presionados debido a las salidas de depósitos no remunerados como resultado de la crisis. Una mayor proporción de los depósitos bancarios genera intereses, lo que se traduce en costos más elevados de financiamiento.
La concesión de préstamos también ha experimentado presiones debido al aumento de las tasas de interés impulsadas por las alzas de la Reserva Federal. Esto ha afectado la demanda de préstamos por parte de los consumidores. A pesar de ello, la mayoría de los bancos ya poseen ratios elevados de préstamos sobre depósitos. Esto indica que una mayor proporción de sus depósitos se destina a préstamos, lo que sugiere que los bancos podrían carecer de suficiente liquidez en caso de necesidad. En consecuencia, los bancos podrían adoptar una postura más conservadora en la administración de sus balances, lo que, a su vez, podría reducir el crecimiento de préstamos en los trimestres por venir.
Calidad Crediticia y Riesgos Sistémicos
En una nota positiva, los expertos de Wedbush resaltan la calidad crediticia sobresaliente y la mejora en los ratios de capital. Además, subrayan la ausencia de riesgos sistémicos en esta área. Al mismo tiempo, muchos bancos regionales han reducido su exposición a depósitos no asegurados después de la crisis bancaria. Esto podría prevenir la clase de fugas de depósitos que afectaron a bancos desaparecidos como Silicon Valley Bank, Signature Bank o First Republic Bank a comienzos de este año.
Las acciones de muchos prestamistas de primera categoría, incluyendo a Truist Financial, State Street y U.S. Bancorp, se han recuperado desde los mínimos recientes registrados en la primavera, aunque aún acumulan pérdidas en lo que va del año. El sector bancario más amplio, representado por el índice S&P 500, ha experimentado un modesto aumento de menos del 1% en el mismo período. Sin embargo, las acciones de bancos de mayor envergadura como JPMorgan Chase y Wells Fargo han superado a sus contrapartes más pequeñas.
Distintas respuestas del mercado ante la noticia
Es interesante destacar cómo, en respuesta a la divulgación de la rebaja en las calificaciones por parte de Moody’s, el mercado experimentó un sacudimiento perceptible. Este fenómeno se tradujo en caídas iniciales en los índices bursátiles más importantes de Estados Unidos, como el S&P 500 o el Nasdaq, mientras que tanto el Dólar (DXY) como Bitcoin (y otras criptomonedas) se vieron beneficiados. Esta reacción del mercado podría presagiar un posible escenario en el horizonte, en el que el constante debilitamiento de las instituciones bancarias genere una migración aún más pronunciada de fondos desde estos custodios tradicionales hacia activos más novedosos.
Conclusión: Navegando en un Mar de Cambios y Oportunidades
En resumen, la reducción en las calificaciones crediticias de bancos regionales y de tamaño mediano, además de la perspectiva negativa asignada a los principales prestamistas, arroja una luz reveladora sobre los desafíos inminentes en el panorama de la industria bancaria. Los aumentos en los costos de financiamiento, las tensiones en la rentabilidad y la ralentización del crecimiento en la concesión de préstamos están ejerciendo una influencia significativa sobre las ganancias y la posición financiera de estas instituciones. A medida que la Reserva Federal persiste en sus ajustes de tasas de interés, es altamente probable que estas tensiones persistan e incluso se intensifiquen. Este contexto requerirá un enfoque más prudente y adaptativo por parte de los bancos, tanto en la administración de sus balances como en la concesión de préstamos.
Es particularmente notable que esta migración podría estar impulsada por la creciente preferencia por activos como Bitcoin, que históricamente ha funcionado como un refugio de valor. La capacidad de resguardar estos activos con seguridad, a través de dispositivos como las hardware wallets, otorga a cada usuario un nivel sin precedentes de control y custodia sobre sus propios recursos. Además, estos activos digitales no dependen de intermediarios de confianza para facilitar sus transferencias y transacciones, añadiendo así una dimensión de independencia y descentralización que contrasta fuertemente con el paradigma tradicional bancario.
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