La caída del IPC en EEUU impulsa las expectativas de la FED y abre el debate sobre futuras subidas de tasas

La caída del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos ha generado un impacto significativo en las previsiones económicas, así como en la postura de la Reserva Federal (Fed) con respecto a su política monetaria. Según los últimos datos publicados ayer, la tasa general del IPC ha experimentado una disminución del 3%, mientras que la tasa subyacente ha alcanzado un descenso del 4.8%. Este panorama aparentemente favorable a vista de todos, no parece desalentar al banco central en su intención de aumentar las tasas de interés en otros 25 puntos básicos a finales de este mes.

FED IPC TASAS INTERÉS

La Fed en una encrucijada

Las últimas comunicaciones de los funcionarios de la Fed han dejado claro que otro aumento de tasas en este mes es prácticamente una decisión tomada. Algo que podemos ver en el gráfico inferior, de Fed Watch Tool, donde se representa el sentimiento del mercado en cuanto a la próxima decisión de subida de tipos de la FED, prevista para final de mes:

Fuente: Fed Watch Tool

En el momento de escribir el artículo el sentimiento es que un 92,4% de los inversores cree que el 26 de Julio la FED subirá 0.25 puntos las tasas de interés, frente a un 7.6% que cree que las mantendrán.

Esta situación ha llevado a algunos analistas a señalar que la Fed se ha acorralado a sí misma al transmitir este mensaje, ya que ahora el banco central podría tener motivos para debatir si es necesario implementar más aumentos de tasas en el futuro. Aunque las expectativas actuales favorecen un nuevo incremento de tasas, la evolución de los datos podría llevar a la Fed a replantearse esta decisión.

Una perspectiva optimista a largo plazo

A pesar de la incertidumbre en torno a las futuras subidas de tasas, hay firmas que mantienen un pronóstico optimista sobre la evolución de la inflación. Según los expertos de una reconocida firma, se espera que la inflación continúe moderándose, principalmente debido a la desaceleración en el sector de alquileres. Los analistas destacan que lo peor ya ha pasado en este aspecto y pronostican que la inflación de los alquileres se moderará en los próximos meses, ya que los cambios en los precios de alquiler tardan aproximadamente un año en reflejarse en el IPC. Esta perspectiva ofrece cierta tranquilidad y respaldo a aquellos que anticipan una estabilización en el panorama inflacionario.

Opiniones divergentes

Sin embargo, no todos los analistas comparten esta visión optimista. Desde Pantheon Macroeconomics señalan que los datos del IPC subyacente de julio y agosto, que han registrado un incremento del 0.1%, podrían dificultar la tarea de la Fed para explicar tanto al público como a los mercados por qué debería haber otra subida de tasas, especialmente si el crecimiento de la nómina continúa desacelerándose. Estos analistas también pronostican que las tasas interanuales tendrán una trayectoria menos pronunciada en el segundo semestre, aunque admiten que existe una ligera posibilidad de que aumenten en julio. A pesar de esto, mantienen la postura de que la subida de tasas a finales de este mes será la última del ciclo y que, además, constituirá un error por parte de la Fed, ya que no será necesaria.

La FED se queda sin discurso, aferrándose al empleo como único argumento

La Reserva Federal se mantiene fiel a su discurso inicial, cuando el pasado verano empezó a subir tasas de interés: subiremos tipos mientras la inflación esté alta y el empleo sea fuerte…

De momento los datos que reportan (otra cosa es que sean ciertos o reales…) indican que, de momento, el mercado laboral es fuerte, a pesar de que la mayor parte de la sociedad se encuentra desde hace muchos meses en recesión/crisis. En este sentido, Powell está esperando a que el mercado laboral se hunda y que la inflación se mantenga baja antes de considerar recortar los tipos de interés.

Aunque las cifras actuales del IPC son un avance positivo, teniendo en cuenta estas premisas, parece que aún les queda trabajo por hacer. Según mi opinión, es poco probable que la Fed cambie su táctica en el corto plazo, por lo que un incremento de tasas del 0.25% en julio es casi inevitable. Es más, no contemplo una relajación de la política monetaria antes de mediados del próximo año, ya que la Fed buscará asegurarse de evitar futuros aumentos de la inflación en el corto plazo, a pesar de las consecuencias que todo ello tenga para la banca, las familias y la economía, tanto estadounidense, como global…

Lectura recomendada del día:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *