A lo largo de la historia las sociedades han usado para sus transacciones comerciales diferentes tipos de dineros, desde conchas o amuletos, hasta los papelitos de colores (dólares, euros, etc) que usamos hoy en día. En este artículo te voy a explicar la evolución del dinero, diferenciando los cuatro tipos que considero que han existido a lo largo de la historia. Si te interesa, sigue leyendo!.
¿Qué es el dinero?

El dinero es una herramienta surgida de la necesidad de facilitar la cooperación entre individuos en situaciones en las que mitos abstractos como nacionalismo o religión no fueron capaces de generar suficiente confianza para permitir el desarrollo del comercio.
La herramienta “dinero” surge espontáneamente en distintas sociedades a lo largo de la historia para desempeñar las tres funciones principales que a continuación desarrollaremos.
Funciones del dinero.
La mayoría del tiempo creemos que la función del dinero es básicamente darnos capacidad de adquisición y brindarnos una estabilidad económica. Cuanto más tengamos, mejores condiciones de vida nos podremos permitir…
Sin embargo, para la economía el dinero significa muchísimo más que eso, y esto viene derivado de que el dinero, para ser considerado como tal, debe cumplir estas tres funciones:
MEDIO DE PAGO:
El dinero debe permitir el intercambio de bienes, productos y servicios. Es decir, posibilita que se reciba una cosa a cambio de otra.
UNIDAD DE CUENTA:
Esta cumple la función de determinar las unidades de valor, o los precios, que tienen los bienes, productos y servicios.
La unidad de cuenta facilita hacer los cálculos económicos, fraccionar el dinero y saber cuánto cuesta cada una de las cosas que deseamos adquirir. Esto guía la producción en la dirección más eficiente, propiciando que se exploten los recursos más abundantes y economizando mediante su revalorización los más escasos. En definitiva es la base de la planificación económica de una sociedad.
RESERVA DE VALOR:
Se refiere a la función de garantizar un poder de compra futuro. Es decir, es la manera de preservar los frutos de nuestro trabajo para poder consumirlos, intercambiándolos por bienes o servicios en un futuro, sin que tenga que existir coincidencia de necesidades. Se podría asimilar a la batería dentro de un sistema eléctrico.
Por lo general en los sistemas eléctricos tradicionales, se produce electricidad a demanda de los consumidores. Es decir, se debe consumir en el mismo momento que se produce, ya que de otro modo se desperdiciarían recursos. Esto es altamente ineficiente, pues no puedo aprovechar los momentos en las que los combustibles (fósiles o renovables) utilizados en la generación son más abundantes o baratos para producir más. Sin embargo, si esta generación sobrante la puedo almacenar en unas baterías (reserva de valor), la podrá disfrutar en el futuro cuando la necesite.

Dinero mercancía
El dinero mercancía está representado por algún bien utilizado para realizar intercambios directos, tales como por ejemplo el oro y la plata. Se trata de un dinero sin riesgo de contrapartida. Por ejemplo, al intercambiar una onza de oro por un casa, ambas partes reciben el bien que desean. Al carecer de riesgos de contrapartida, este tipo de dinero ha prosperado históricamente en situaciones de desconfianza, tales como las guerras, donde ni siquiera los Estados son confiables, o en intercambios con desconocidos con los que no contabas volverte a encontrar en el futuro.
El dinero en las sociedades primitivas
Las sociedades primitivas utilizaban como dinero objetos coleccionables que eran difíciles de producir y de falsificar como conchas y amuletos. Por ejemplo para que estas conchas tuvieran valor, las más utilizadas eran las más escasas y difíciles de encontrar. Sin embargo, con el desarrollo de la navegación, los barcos fueron capaces de recolectar cada vez más conchas del fondo marino, lo que aumento la oferta y condujo, por tanto, a la devaluación y posterior abandono como forma de dinero. Dejó de actuar como reserva de valor.
Otros ejemplos históricos
Otro ejemplo podría ser el oro durante el Imperio español del siglo XVI. Donde la insaciable sed por el metal amarillo, durante su conquista de sudamérica, condujo al colapso del propio imperio. Cuanto más metal minaban para financiar sus guerras, más se devaluaba el precio de los mismos. Entre los años 1540 y 1640, el precio de la comida, que durante los siglos anteriores se había mantenido estable, aumentó de manera sustancial a causa de la minería indiscriminada y sin control del Imperio español. No tuvieron en cuenta que si todo se mantiene igual, un aumento de la cantidad de dinero simplemente produce un aumento de precios (inflación).
En conclusión, de las tres funciones del dinero vistas anteriormente, los dineros de tipo mercancía, como el oro o las conchas, desempeñaban las tres funciones de manera poco óptima. Por un lado, su potencial reserva de valor siempre estaba condicionada a posibles nuevos hallazgos del bien, lo que conduciría a su devaluación. La función de medio de cambio se veía limitada por los inconvenientes logísticos y riesgos (naufragios, robos, pérdidas….) de transportar grandes cantidades de conchas o metales. Y la función de unidad de cuenta se complicaba al tratarse de bienes difícilmente divisibles.
Dinero deuda
El dinero deuda consiste en utilizar una promesa de pago como dinero. Por ejemplo, compro manzanas y pago al frutero con un papel firmado en el que me comprometo entregar una cantidad de oro dentro de un tiempo establecido. El dinero deuda tiene riesgo de contrapartida ya que, la parte adeudada no tiene completas garantías de que se cumpla la promesa de pago. Por esto, este tipo de dinero ha proliferado en situaciones de confianza y estabilidad. Su principal ventaja frente al dinero mercancía es que aporta conveniencia (facilidad en el transporte y la custodia), pero su valor depende de la capacidad del emisor para hacer frente a su pago.
Todo comenzó en Europa
Este tipo de dinero vio su auge en Europa entre los siglos XV y XVI, cuando los orfebres comenzaron a actuar de custodios del oro de sus clientes. A cambio de ello, estos últimos recibía un certificado de depósito, de parte de los orfebres. Estos certificados supusieron toda una revolución para la época, y por ese motivo proliferaron. Ya que podían ser canjeados por una cantidad de oro en cualquier momento, y además ofrecían una forma conveniente de intercambiar, transportar y custodiar el oro.
Por tu comodidad y por tu seguridad…
El dinero deuda fue la evolución del dinero mercancía. Y nació como una forma de solventar las carencias de este. La función de reserva de valor quedaba asegurada al quedar respaldado por una cantidad fija de dinero mercancía. A esto se sumaba la ventaja de que la custodia se volvía mucho menos costosa y riesgosa. Ya que guardar un trozo de papel que da derecho a una cantidad de oro es mucho más fácil y tiene menos peligro que almacenar el metal físicamente. La función de medio de cambio se mejoraba enormemente, al no ser necesario transportar lingotes, onzas o piezas de oro o plata para adquirir un producto.
Intercambiar estos productos por un simple papel era mucho más conveniente. Por último, la función de unidad de cuenta también se mejoraba. Ya que el dinero deuda podía tener cualquier denominación en peso (onzas de oro, gramos de oro, etc.). Su gran desventaja, frente al dinero mercancía, es que introducía el riesgo de contrapartida. Mientras que con el oro una vez que se realizaba un intercambio desaparecen los riesgos de contrapartida, con el dinero deuda siempre había que confiar en la solvencia de quien emitía los certificados. Existía el riesgo constante de que, a la hora de ir al banco a canjear los papeles por su peso en oro, el banquero podría no tener suficiente metal para cumplir su promesa de pago.
La impresora de la FED se inventó en el siglo XVII…
Al inicio, los prestatarios eran cuidadosos con el oro y se aseguraban de mantener todo el metal en depósito. Pero tardaron poco tiempo en darse cuenta de que era poco probable que todo el mundo acudiese a canjear sus certificados al mismo tiempo. Por lo que existía una gran oportunidad de negocio emitiendo préstamos y creando más certificados de oro del que había sido depositado como respaldo de dichos certificados. Cuantos más certificados emitían, más ganaban con intereses. Pero también era más alto el riesgo a sufrir una insolvencia. Si muchos depositantes acudían a reclamar su oro al mismo tiempo, el banco no tendría capacidad de pagar todos los depósitos y quebraría.
Desde el inicio se podía ver que era un sistema fallido
Y esto fue lo que ocurrió con el dinero deuda desde sus inicios. En 1661, el banquero holandés Johan Palmstruch emitió los primeros certificados de depósito en oro, y solo 3 años más tarde el banco colapsó porque había emitido más certificados que oro tenía en depósito —esta práctica es conocida como reserva fraccionaria, y está detrás de la fragilidad del sistema bancario actual. La proliferación del dinero deuda dio lugar a una concatenación de estampidas bancarias y crisis financieras que marcaron los siglos venideros, creando un clima de constantes quiebras bancarias y desconfianza.
El nacimiento de los Bancos Centrales
La inestabilidad inherente de la banca de reserva fraccionaria condujo a la creación de bancos centrales. Instituciones de origen privado a las que el Estado otorgan el monopolio de la emisión de dinero deuda de un país. Este contubernio entre el Estado y la banca privada permitió la socialización de las pérdidas de la actividad bancaria entre el conjunto de la población. De ahí la expresión “la banca siempre gana…”.
Controles de capital
Con el apoyo del Estado, cada vez que los bancos se excedían en la producción de dinero, el dinero deuda se reseteaba y los depositantes perdían una parte de su riqueza. En el año 1933, sumidos en la Gran Depresión y con un sistema financiero arruinado, el Congreso de Estados Unidos prohibió la tenencia de oro. Obligó a cualquier poseedor de oro a entregarlo al gobierno, a cambio de 20 $ por cada onza. Un año más tarde devaluó el dólar a 35 $ la onza.
En definitiva, la introducción del dinero deuda permitió solventar los problemas del dinero mercancía al ofrecer una forma más fácil de transportar y custodiar el dinero. Sin embargo, la humanidad pasó de usar un activo real como dinero a utilizar una deuda cuya validez dependía de la confianza en el emisor. El abuso sistemático de esta confianza, concluyó con el nacimiento de los bancos centrales. Cuya función principal consistía en socializar las pérdidas de las burbujas especulativas de los bancos privados. Tomando el control del dinero para financiar gastos impopulares, por lo general, guerras.
Bretton Woods. Del dinero deuda al dinero fiat.

Tras la Segunda Guerra Mundial, en la pequeña ciudad de Nueva Hampshire se firmó el acuerdo de Bretton Woods, un acuerdo monetario de la posguerra que vinculaba las monedas de todo el mundo al dólar americano. El dólar estaba fijado en oro a un precio de 35 $ por onza, por lo que el resto de monedas también se mantenían unidas al oro. El sistema de Bretton Woods duró unos 25 años; pero en agosto de 1971 Richard Nixon convocó una rueda de prensa de emergencia en la que realizó el siguiente anuncio:
“He ordenado al secretario [John] Connally que suspenda temporalmente la convertibilidad del dólar en oro u otros activos de reserva.”
Dicen que no hay nada más permanente que una medida temporal del gobierno, y la suspensión de la convertibilidad directa del dólar estadounidense con respecto al oro no fue una excepción. El Shock de Nixon puso fin al dinero deuda y dio inicio a un experimento económico novedoso, un dinero que no está vinculado a ningún bien escaso, que se impone y se controla desde el Estado, el dinero fiat.
El dinero fiat
El dinero fiat es el dinero emitido por un Estado e impuesto sobre la población mediante leyes de curso legal y cobro de impuestos. Este tipo de dinero no está vinculado a ningún bien escaso como el oro o la plata, y se puede imprimir sin restricciones por parte del Banco central de cada Estado. Al igual que el dinero deuda, el dinero fiat también tiene riesgo de contrapartida. Pero en este último caso es aún mayor, ya que su valor no depende solo de que el prestatario cumpla su obligación de deuda, sino que en cualquier momento el emisor puede decidir unilateralmente aumentar la producción de dicha moneda, conduciendo a la devaluación de la misma. Históricamente (todos) los gobiernos han acabado abusando de este poder sobre la producción de dinero fiat hasta anular su valor.
Como dijimos antes, desde Bretton Wood (1971), el mundo opera bajo un nuevo paradigma monetario impuesto desde el Estado, el dinero fiat. La expresión dinero fiat tiene su origen en el latín fiat, que significa “hágase”, y hace referencia a un sistema monetario impuesto por decreto, mediante leyes, para exigir el pago de impuestos en dicha moneda.
Bajo el dinero deuda, la creación de dinero debía estar respaldada por una cantidad correspondiente del metal precioso, restringiendo el endeudamiento y la capacidad de los Estados para aumentar la cantidad de moneda en circulación. Pero desde la imposición del dinero fiat, el mundo pasó a operar bajo un sistema monetario basado no en la escasez de un bien concreto, sino en la confianza de que el Estado lo produzca a un ritmo lo suficientemente lento para que pueda preservar su valor. Algo que nunca ocurre…
Al no estar vinculado a ningún bien escaso, el dinero de los bancos centrales puede ser producido por quien lo controla sin ninguna restricción. En cualquier momento, ante una determinada necesidad, el banco central de un país puede multiplicar por 2, por 3 por 100 su masa monetaria. Este sistema otorga a políticos y oligopolios un poder inédito sobre la economía. Poder que es abusado sistemáticamente, dando lugar a la sociedad actual en la que vivimos. En la que la desigualdad, el clientelismo, la corrupción y, como consecuencia de todo ello, la inestabilidad económica, son la tónica habitual.
Dinero tecnológico: Bitcoin
Bitcoin fue el primer dinero digital de la historia. Nace con la pretensión de solventar las carencias de los distintos tipos dinero que le precedieron y que hemos estado viendo durante el desarrollo del presente artículo. Entre sus múltiples ventajas innegables, ofrece a la población una alternativa monetaria que no puede ser controlada por ninguna institución pública o privada. Además carece de riesgo de contrapartida y cumple sobradamente las tres funciones principales del dinero; medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor.
Como ya explicamos en profundidad en uno de nuestros primeros artículos de la web, Bitcoin se creó en el año 2008 con el propósito de ofrecer una alternativa al sistema monetario actual. Su creador, Satoshi Nakamoto, era consciente de que el problema central del dinero fiat es que depende de la confianza en que los agentes públicos y privados que lo controlan no lo utilicen para avanzar sus intereses particulares. Sin embargo, la confianza siempre acaba siendo vulnerada. El ser humano se corrompe fácilmente, como expresaba el propio Satoshi en un foro de criptografía:
«El problema fundamental del dinero convencional es toda la confianza que se requiere para hacerlo funcionar. Debemos confiar en el banco central para que no devalúe la moneda, pero la historia del dinero fiat está llena de abusos de esa confianza. Debemos confiar en que los bancos mantengan nuestro dinero y lo transfieran electrónicamente, pero lo prestan en olas de crédito con una mínima fracción en reserva»,
La descentralización es la clave
Por tal motivo, Satoshi buscó crear el primer dinero descentralizado de la historia. Un sistema monetario matemático establecido por código fuente, inmutable e incorrompible, que no pudiera ser controlado por ningún gobierno ni institución privada. Es sistema (Bitcoin) sigue unas reglas transparentes que todos conocemos, pero que ninguna persona ni institución puede alterar.
Bitcoin ofrece un nuevo paradigma monetario construido sobre axiomas inmutables, determinados por algoritmos matemáticos y sin ningún espacio para la arbitrariedad, la corrupción y la incompetencia. Esta maravilla tecnológica (así espero que se le reconozca en los libros de historia del futuro) sustituye la confianza en burócratas por la confianza en las matemáticas y criptografía, que no pueden ser corrompidas ni manipuladas por nadie. De este modo, se consigue un dinero transparente y justo; ninguna persona o institución, independientemente de su nivel de riqueza, popularidad, poder o influencia puede modificar las normas de bitcoin para su beneficio particular.
La moneda digital introduce una política monetaria totalmente transparente, basada en dos pilares: escasez absoluta y descentralización.
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